La paciencia y la confianza en tus capacidades y en tus
acciones cotidianas son todo.
Es lo único que necesitas para pasar de un estado emocional
negativo a uno positivo, para pasar de la desesperación a la esperanza.
¿Por qué?
Principalmente porque los seres humanos perdemos perspectiva
muy rápido, y las acciones que llevan a resultados que valen la pena, toman
años de disciplina para manifestar sus resultados. La confianza de que esos
pasos que estás tomando y de que sos capaz de cumplir con cada etapa, te van a
dar todo lo que esperaste de la vida, no hay vuelta que darle, necesitamos del
tiempo para desarrollarnos plenamente y el tiempo es sinónimo de paciencia, la
paciencia nos ayuda a esperar sin desesperarnos.
Quizás hoy no estás donde queres estar, quizás hoy no sos
quien queres ser, quizás hoy no podes disfrutar de todo lo que te gustaría
disfrutar, pero hoy es un buen día para acordarte de cuáles son las acciones
qué estás tomando diariamente, y cómo esas acciones van guiando tus pasos hacia
un destino que te emociona, que te traerá eso que estás queriendo hoy. No
existe la casualidad en el éxito personal.
La paciencia ayuda a evitar la trampa de lo momentáneo, la
vida y los sistemas en los que se desarrolla la vida humana hoy en día, nos
llenan de tentaciones, de vivir el momento, de que ahora tenemos que
aprovechar, somos jóvenes, etc. Todo el sistema capitalista se basa en el
consumismo, y el consumismo no es más que hacerte creer que necesitas algo
innecesario, es una trampa, sin importar de cuántos lujos consumamos, y de
cuántos placeres disfrutemos, si seguimos ese camino, siempre vamos a querer
más sin contentarnos.
Hoy en día estoy en posición de decir que los pasos que
estoy tomando me llevan a un destino en el futuro que me emociona, son acciones
simples en realidad, en mi caso por ejemplo, ahorrar para salir de la carrera
de la rata (financiera). Capacitarme y trabajar para ser mejor entrenador que
es lo que me apasiona. Hacer sustentables mis negocios que son la plataforma
que, por un lado, me permiten experimentar con lo que aprendo, me permite
crear, innovar y también me permite la libertad de tiempo e intelectual que
tanto valoro, no dependo del sistema y el sistema funciona para mí, no
prostituyo mi mente por dinero y eso es una bendición. Capacitarme para ser un
mejor ser humano, primero entender a los seres humanos desde otro nivel de
consciencia usando como herramienta el coaching, me enseño tanto este año de
coaching que creo que nunca terminaré de agradecer a mis maestros, segundo
conocer el impacto que tiene en la vida de las personas la posibilidad de
cambio que genera el coaching, cambiar es una realidad y simplemente poder
crear la posibilidad de que otro ser humano sea capaz de mirar el futuro con
emoción es algo impagable, me paso a mí, lo experimente y se lo que significa
recobrar las esperanzas, como último punto, mantener mi salud física para
seguir disfrutando de una de las cosas que más amo en este mundo, el tenis.
Sé que si soy capaz de realizar todos esos pasos de forma
correcta, el futuro me mira de forma positiva, sé que siendo financieramente
libre podré viajar que es algo que amo, podré ver a mis deportistas favoritos
competir, podré estar más en contacto con la naturaleza que amo y valoro, sé
que si soy capaz de ser un mejor ser humano (y que mucho me falta) y ayudar a
otros seres humanos en su paso por esta vida, podré crear mejores y más profundas
relaciones en mi vida, y finalmente podré sentirme contento y realizado con
esta experiencia de vida en el mundo. Ayudar a otros es algo que siempre me
emociono y cuando lo logré me sentiré profundamente feliz y realizado.
Aprendí a valorar lo que tengo, a disfrutarlo y eso me hizo
rico, aprendí a renunciar a muchos placeres y eso me hizo confiable, aprendí a
hacerme una sola pregunta constantemente, ¿Si esté fuera mi último día en la
tierra me gustaría hacer lo que estoy haciendo?, a recordar que vamos a morir,
para evitar la trampa de que tengo algo que perder. Aprendí a sacrificar lo que
soy por lo que me quiero transformar.
Termino con una frase de uno de mis grandes ídolos. Steve.
Me miró al espejo cada mañana y me preguntó, si hoy fuese mi
último día de vida ¿me gustaría hacer lo que estoy por hacer? Y siempre que la
respuesta fue no, en muchos días seguidos, sabía que tenía que cambiar algo.
Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de
pensar que tenes algo que perder. Ya estás desnudo, no hay ninguna razón por la
que no sigas a tu corazón. Tu tiempo es limitado, no lo desperdicies viviendo
la vida de otras personas. No dejes que la opinión de otros ahogue tu voz
interior y lo más importante, ten el coraje de seguir tu corazón y tu
intuición. Ellos de alguna forma ya saben en lo que realmente te queres
convertir. Todo lo otro es secundario.
Andrés.